Hace 3 años, durante la pandemia, un amigo mío falleció por causas naturales. Mi hermano me avisó por teléfono en la mañana y quedé en shock. Porque me dijo que tuvo que ir a reconocer el cadáver ya que se lo iban a llevar en calidad de desconocido. Estaba muy devastada por su muerte ya que era muy cercana a él. Al tercer día fue su funeral y yo quise asistir. Estábamos con mi hermano, mi cuñada y yo en la funeraria, había poca gente realmente , amigos cercanos y familia que tuvieron que localizar. En eso, quise despedirme de mi amigo, así que me acerqué al ataúd yo sola. Mi hermano estaba hablado con otra persona y mi cuñada también, así que nadie me acompañó. Fui hasta el ataúd y lo vi. Al principio no lo reconocí, pero poco a poco vi sus facciones y luego los signos mortuorios, la cicatriz de la autopsia y los labios morados, una expresión sería y callada, cuando en vida era todo lo contrario. En fin, me despedí de él y le di las gracias por su amistad y me solté a llorar.
Lo sobrenatural ocurrió después. Hubo varias noches que no pude dormir y lloraba mucho. Hasta que de repente empezaban a despertarme, sentía como me empujaban justo cuando empezaba a quedarme dormida. Al despertar empezaba a sentir como si alguien estuviera viéndome dormir.
Y, aunque parece chiste, siempre despertaba a las 3:45 AM. Y sentía escalofríos, quité mis cuadros, pues los ojos en los dibujos parecían verme en oscuridad. Una de las tantas noches, escuché que alguien tosía muy fuerte y áspero. Al otro día le pregunté a mi mamá si había sido ella, pero me dijo que no y que ella no escuchó nada. Y le dije -Mamá, el maestro se murió tosiendo- y mi mamá se espantó.
Después empecé a ver una sombra detrás de mi, y mi novio cuenta que en las videollamadas (relación a distancia) a cada rato volteaba para atrás como si alguien estuviera.
Después de que mi mamá supo lo de la sombra detrás de mi, le dije -Ayúdame porque esto ya no me deja dormir y no puedo dejar de llorar-.
Al final, mi mamá llamó a un curandero y éste me dijo que lo que tenía no era humano ni un espíritu, si no algo más y que si no me quitaba, me iba a matar o a dejar loca. Me preguntó que si veía una sombra detrás de mi, le dije que sí y que si lloraba mucho a lo que también respondí que sí. Me dijo -deja de llorar, no es tu amigo a quien le lloras- y que encendiera una vela blanca hasta que se consumiera por completo para que pudiera seguir la luz. Y así pasaron 3 días, pero no fue hasta que mi hermano mayor con una camisa suya me cubrió y me limpió diciendo -ya, para que puedas dormir- y sentí una paz que era inexplicable. Y así fue que lo que sea que se pegó a mi en el funeral se pudo ir y jamás he vuelto a sentir algo igual desde entonces.