Vivir en una casa que estaba en Guadalupe fue una experiencia marcada por lo inexplicable, los fenómenos paranormales se volvieron parte de nuestra rutina diaria. Vivíamos en una casa con un patio enorme, al lado estaba en construcción una iglesia. Esa casa tenía una energía super pesada, se podía casi palpar que algo pasaba pero no había como explicarlo .Pasamos ahí muchas cosas, golpes inexplicables en la pared como si fuera un mazo (hasta las ventanas se movían), ruidos en la parte de arriba, voces en los baños, veíamos gente que pasaba pero no sabíamos a dónde iban, por dónde entraban o salían, duendes; pero para mí lo más inexplicable son dos cosas que sucedieron y aún hoy me da escalofríos sólo de acordarme:
Mi hermano tendría unos 8-9 años y arriba de donde vivíamos había un cuarto con material como de kinder que no estaba incluido en la renta así que ese a cuarto con todo y lo tentador para nosotros pues no podíamos pasar y estaba cerrado con llave y candado aún así los sonidos, ruidos y pisadas eran del diario noche o día y como estaba justo arriba de la cocina pues escuchábamos todo. Un día mi hermano logro meterse por una ventanita para jugar y mi mamá lo llamo por lo que se quedó con ganas de jugar con algunas cosas así que por la noche regreso y según él fue lo peor que pudo hacer. Él cuenta que de repente vio como un incendio en la casa de atrás y se asomó por una ventana dice que él vio una fogata muy grande en medio de una estrella y mujeres que bailaban como poseídas. Se quedó en la ventana sin creer lo que veía hasta que una de ellas volteo a la ventana y lo vió él cuenta que ella salió corriendo y él del miedo empezó a gritarle a mi mamá que al verlo muy asustado y casi blanco no lo regañó. Hasta ahora sigue diciendo que fue real.
La otra es que por el calor y las vacaciones unas primas y nosotros decidimos hacer una pijamada y dormir en el porchesito, ya era tarde porque los camiones en la terminal aún no daban su primer recorrido pero nosotros estábamos platicando en el porche que daba al patio, en el patio había un encino ya grande supongo que de unos 3-4 metros. Pues de repente vimos algo enorme con alas que volaba y de repente bajo al patio al lado del árbol, nosotros nos quedamos mudos, todos (los seis niños) lo estábamos viendo y era enorme pues era casi de la altura del árbol era por explicarlo de una manera parecido a una gárgola, camino y se metió a la iglesia que estaba al lado que estaba en construcción pero la parte de la capillita ya estaba cerrada.
Era de madrugada, no había nadie, vimos como entro a la capilla, sin llaves, sin abrir candado, sin ruido. La ventana de la capilla daba a dónde estábamos nosotros vimos todo el recorrido y de repente camino y ya no lo vimos. Fuimos corriendo con mi mamá y le intentamos contar pero no nos creyeron, nunca la he vuelto a ver y tampoco quiero.