Una vez un amigo nos pidió que le cuidáramos su casa en un lugar del estado de méxico llamado Tepotzotlán. Es un lugar bastante alejado de la ciudad y pues su casa estaba en plena obra negra, pero le había llegado mucho material y tenía ahí herramienta y nos pidió a algunos amigos que si le podíamos cuidar la construcción mientras él regresaba, pero no llegó nadie, solo yo, no me imaginaba la historia inexplicable que estaba a punto de pasar.
Mi amigo se tenía que ir, ya que tuvo una emergencia familiar que no podía esperar, le dije que se fuera sin preocupaciones, que yo me hacía cargo. Así que sólo quedé yo. Me estaba preparando para una larga noche sin dormir y sin nadie para platicar y de repente pasaron unos chavos tipo cholo.. me vieron.. y se regresaron por donde vinieron y pensé ya valió. En ese inter que los cholos regresaron una jauría de perros de la calle empezaron a rodearme unos 20 perros.
Se metieron por todos lados a la propiedad a mis lados y enfrente mío, me rodearon. Incluso hubo uno que hasta se recostó a mis pies, cuando regresaron los cholos eran 5 contra 20 perros y yo…. empezaba a caer una leve brinza pero los perros no se movían de donde estaban, agarré un palo pero de verdad no necesitaba nada. En cuando los vieron, a todos los perros se les erizó la piel y gruñían, los cholos me vieron y se quedaron un ratito calculando la situación, vieron que no valía la pena que no estaba solo y se regresaron por donde vinieron.
Ya sintiéndome más seguro con los perros alrededor mío quedé dormido y al amanecer ya cuando alguno de mis amigos se dignó a aparecer ya solo quedaban 2 . Mi amigo llegó y los espantó como si nada, y ellos simplemente se fueron. Son ese tipo de cosas que no tienen explicación.
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