Por mi trabajo a mí me tocaba viajar de a valle de Chalco, viajaba desde CDMX y en ciertas ocasiones viajaba de madrugada, esto que me pasó fué en los 90, había mucho menos tráfico del que hay ahora así que venía sólo en la carretera. En cierto punto, a lo lejos ví un bulto a media carretera, pero lo pasé por un lado.
Seguí mi camino y más adelante veo que un animal, podría decirse que un perro muy grande me venía siguiendo, no le dí importancia y aceleré, cuando de pronto noté que corría al lado mío (alrededor de 100 kilómetros por hora). Yo trataba de perderlo pero seguía a la misma velocidad que yo, me enseñaba los dientes, tal vez no me crean pero daba la impresión de que se burlaba, yo seguía manejando lo más rápido que podía, pero al mismo tiempo manejaba con precaución, porque yo pensaba si tengo un accidente esta cosa me va a atacar.
No pasó mucho tiempo, alrededor de 5 minutos que se me hicieron eternos ya no lo sentí al lado mío, cuando volteo al retrovisor, el “perro” se quedó parado en la carretera y de pronto se puso en sus patas traseras como si fuera una persona y caminó hacia un lado de la carretera mientras yo observaba.
Yo no me detuve, seguí mi camino y no volví a manejar por ese camino de noche.
Segunda historia
En mi anterior trabajo a veces me tocaba salir a las afueras de la ciudad y cuando era así al regresar se me hacía tarde en la noche, pero siempre me mandaban en taxi y por la autopista, por lo que yo no tenía problema cuando tenía que hacerlo.
Una noche venía en el taxi en el asiento del copiloto y adelante de nosotros venía un camión de redilas con frutas y verduras y ya tenía yo un buen rato viendo un chico, como de unos 16 años comiéndose una fruta, con la mirada fija al frente, íbamos a una velocidad como de unos 100 kilómetros por hora, cuando de repente saltó a la carretera, yo no le dije nada al chófer del taxi, pero al llegar a la caseta me asomé al camión para ver si había algún rastro del chico pero no, no se veía nada.
El chófer del taxi me dijo que si yo también lo había visto, le dije que sí, que me había sorprendido que el chico había saltado con mucha facilidad del camión a esa velocidad, pero lo que él vió en lugar de un chico era un señor, como un vagabundo el que saltó. Lo que haya sido no era algo normal porque hubiéramos visto lo mismo los dos y por la forma en que saltó del camión, no hubiera sobrevivido, el taxista y yo no le encontramos explicación a lo que vimos.
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